
... y así es la vida en Happyland. Calles de maderas mojadas que se hunden al caminar... aquí, como en muchas partes de Manila, todo se hace en la calle: lavar, cocinar, jugar, trabajar... a pesar de la insalubilidad del espacio público, los oscuros y húmedos habitáculos en los que viven la verdad es que no invitan a pasar mucho tiempo en ellos.
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