jueves, 18 de noviembre de 2010

Una mirada perdida

Una imagen robada. Dudé en disparar. Sentí como que no tenía derecho a hacerlo. La mirada perdida de su pequeño cuerpo: rígido de caderas hacia abajo y retorcido en las extremidades superiores, parecía gritar la injusticia de nacer con discapacidades severas como las de esta niña en un lugar como Smokey Mountain. Por un instante sentí que mi corazón se detenía, que mis ojos humedecían. Disparé. Ha sido mi última fotografía hoy allí. He caminado detrás de ella durante los 10 minutos que se tarda en salir del poblado hacia la carretera principal. No puede ser, no puede ser que la vida sea tan injusta con esta gente.

1 comentario:

  1. Esta imagen es un puñetazo en la cara del alma para aquellos que todavía la tengan. Apretar el disparador es legítimo desde el momento en que se permite que la dignidad humana comparta mesa y cama con la inmundicia.

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