
Mientras, en Smokey Mountain, se trabaja sin descanso en la busqueda de todo aquello 'aprovechable' para vender o reciclar y poder conseguir algo de dinero para subsistir.
Benedict y Donald, mis 'guardaespaldas' para la ocasión, me han guiado con caballerosidad hasta la zona. Amables y serviciales, no puedo dejar de sentirme mal por hacerles ir allí (sin motivo real para ellos). No se alejan de mi ni un instante, me ayudan a caminar salvando el barro y las zonas más inestables del vertedero. Los dos son chicos de Tondo que gracias al trabajo de la Fundación 'Una mano ayuda a la otra' han conseguido un apadrinamiento que les ha permitido seguir sus estudios secundarios y ahora podrán ir a la Universidad.
Smokey Mountain es un ejemplo cruel de la pobreza más extrema, tener la oportunidad de verlo en directo es revelador de lo inmunizados que estamos a las imágenes que vemos casi a diário en la televisión. Hoy se me ha encogido el corazón y mientras escribo estas lineas desde mi habitación me pregunto ¿cómo es posible que exista un lugar así?.
Os dejo esta mirada, que quita el sueño, mientras hago una selección más amplia de otras imágenes, que ayudarán a reflejar lo que os cuento más arriba.
Salamat po! (Gracias en Tagalok) por seguirme desde la distancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario